Las caídas de altura son una de las causas más importantes de los accidentes laborales graves. Según los últimos datos recogidos por el Observatorio Estatal de Condiciones de Trabajo, en España se produjeron en 2013 un total de 468.030 accidentes de trabajo. De todos ellos, las caídas de altura supusieron hasta un 17% del total.
La ley obliga a tomar medidas de prevención que minimicen o eliminen los riesgos de este tipo de trabajos, considerados como tal todos aquellos que se desarrollan a partir de dos metros de desnivel con respecto a una superficie fija. Así, el primer punto a valorar por parte del profesional de la prevención será si es imprescindible que el trabajo se desarrolle en esas condiciones. De no poderse realizar de otro modo, las primeras protecciones a tener en cuenta serán las colectivas: la instalación de redes, mallas, barandillas, pasarelas, etc. a lo largo de la superficie de trabajo que minimicen los riesgos para todos los trabajadores.
Si estas medidas colectivas no fueran suficientes para reducir al máximo los riesgos que puede llegar a conllevar un trabajo en altura, el profesional de la prevención sumará a éstas las protecciones individuales, también llamadas equipos de protección individual o EPIS.
Uno de los más eficaces en estos casos son las conocidas líneas de vida o líneas de anclaje, que son sistemas anti-caídas que garantizan la seguridad del trabajador correctamente conectado a ellas a través de equipos de protección individual confirmados habitualmente por cabos de anclaje, arneses, conectores o mosquetones y absorbedores de energía.
Respetando la normativa
La normativa que regula estas líneas de vida o líneas de anclaje es la UNE-EN 795:1997 y su modificación UNE-EN 795/A1:2001. Un sistema de protección individual contra caídas está compuesto según la normativa CE-EN 363 por un dispositivo de prensión del cuerpo que se engancha a un punto de anclaje seguro mediante un sistema de conexión, que consiste en uno o varios componentes que normalmente se incluyen en el sistema según el uso previsto (por ejemplo, equipos de amarre, conectores, dispositivos anticaídas, dispositivos de anclaje, etc.).
IMPORTANTISIMO: Que el profesional encargado de la prevención evalúe los riesgos y decida los EPIS más adecuados para el desarrollo de ese trabajo, además de explicar al trabajador cómo colocarse estos EPIS y cómo utilizarlos de manera óptima. Porque tan importante es el uso de los EPIS como la formación para su correcto uso.